Estoy segura de que todos nosotros alguna vez en nuestra vida (por no decir muchas) hemos escuchado decir cosas negativas hacia nuestra generación, que si cada vez somos más vagos y pasotas, que si dedicamos más tiempo a estar con el móvil que a estudiar... etc. Y por si no fuera poco, los propios profesores no se han quedado callados tampoco, porque ¿quién no ha estado en el peor grupo de clase alguna vez? o ¿quién no ha sido testigo de cómo un profesor decía "cada vez las generaciones llegan con menos nivel"? Por desgracia todos como alumnos hemos sido "víctimas" de este tipo de comentarios, y lo que es peor, nos hemos podido llegar a sentir culpables por todo ello, cuando realmente la culpa no la tenemos.
Como profesores es muy fácil quejarse de cómo llegan los alumnos, sin antes mirar cuál puede ser la causa de ese bajo nivel que tienen o ese mal comportamiento que presentan en el aula. La acción es necesaria, y es lo que deberían aplicar los profesores y docentes cuando se encuentran con algo que no es de su agrado o que ven que no debería ser así pero, sin embargo, es más cómodo seguir sentando en la silla dando clase sin prestar atención a quién le cuesta más o a quién menos, pues si suspende, ya se buscará la vida él mismo.
Como padres también es muy fácil echar el marrón a los profesores "es que no sabe dar clase", "es que no vale para esto", "es que tiene manía a mi hijo"... frases muy utilizadas cuando el niño suspende o no obtiene los resultados esperados. Pero ¿qué hacen para remediarlo? también es más sencillo quedarse de brazos cruzados sin darse cuenta que lo único que consiguen es que el niño se acabe hundiendo al no aprobar las asignaturas.
Y finalmente, como alumno, no podemos conformarnos con que "somos la peor generación hasta el momento", tenemos que intentar que esto no sea así, pues igual en parte también el problema está en nosotros.
Teniendo en cuenta las tres perspectivas y como futuros docente, busquemos una solución posible a todo ello, fomentemos la participación de profesores en proyectos que les haga crecer como personas y como docentes, consiguiendo una mejora en su actitud y compromiso con los alumnos; fomentemos la colaboración de los padres, ya que puede favorecer la confianza hacia los profesores, que son los que realmente guían a los alumnos en unos años de su vida muy significativos, y por último, fomentemos la participación del alumno, tanto en el aula como en los proyectos que se propongan para ellos, pues es una manera de adquirir habilidades y sumar experiencias de vida.
Como profesores es muy fácil quejarse de cómo llegan los alumnos, sin antes mirar cuál puede ser la causa de ese bajo nivel que tienen o ese mal comportamiento que presentan en el aula. La acción es necesaria, y es lo que deberían aplicar los profesores y docentes cuando se encuentran con algo que no es de su agrado o que ven que no debería ser así pero, sin embargo, es más cómodo seguir sentando en la silla dando clase sin prestar atención a quién le cuesta más o a quién menos, pues si suspende, ya se buscará la vida él mismo.
Como padres también es muy fácil echar el marrón a los profesores "es que no sabe dar clase", "es que no vale para esto", "es que tiene manía a mi hijo"... frases muy utilizadas cuando el niño suspende o no obtiene los resultados esperados. Pero ¿qué hacen para remediarlo? también es más sencillo quedarse de brazos cruzados sin darse cuenta que lo único que consiguen es que el niño se acabe hundiendo al no aprobar las asignaturas.
Y finalmente, como alumno, no podemos conformarnos con que "somos la peor generación hasta el momento", tenemos que intentar que esto no sea así, pues igual en parte también el problema está en nosotros.
Teniendo en cuenta las tres perspectivas y como futuros docente, busquemos una solución posible a todo ello, fomentemos la participación de profesores en proyectos que les haga crecer como personas y como docentes, consiguiendo una mejora en su actitud y compromiso con los alumnos; fomentemos la colaboración de los padres, ya que puede favorecer la confianza hacia los profesores, que son los que realmente guían a los alumnos en unos años de su vida muy significativos, y por último, fomentemos la participación del alumno, tanto en el aula como en los proyectos que se propongan para ellos, pues es una manera de adquirir habilidades y sumar experiencias de vida.
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